el explorador valiente

El explorador valiente

Un jugo, un sándwich a la mochila y listo para salir a explorar, con una lupa grande y largavistas para encontrar a todos los bichitos que están volando por ahí. Es Miqueas el explorador valiente.

Es primavera y todos los insectos aparecen para visitar las flores del parque, esta vez  Miqueas junto con su perro han salido a explorar.

Mientras caminaban a lado de los arbustos, encontraron un agujero por donde vieron que salían varios bichitos voladores, así que decidió bajar con una soga que llevaba junto a su mochila. Atado de un árbol, comenzó a bajar despacio hasta que se hizo oscuro.

Al no ver nada alrededor, aparecieron unas luciérnagas que alumbraban todo, mientras seguía bajando, hasta que encontró varias cuevas y todas alumbradas por luciérnagas de diferentes colores, decidió seguirlas cuando de pronto tropezó y empezó a caer, al principio tuvo un poco de miedo y seguía cayendo, en todo momento las luciérnagas estaban al lado de él.

Y no terminaba de caer, mientras seguía en el aire sacó su jugo y sandwich y a comer… y seguía cayendo, hasta que después de un buen rato llegó a parar a una inmensa hoja que fue como un resbalón. Había llegado al centro de la tierra, donde todo era grande y encontró lo que más le gustaba ver: muchos insectos de colores que volaban por todos lados.

Unos escarabajos lo llevaron de un lugar a otro, mientras abejas que cargaban polen en sus inmensas patas se sacudían y rociaban la cabeza de miqueas que tuvo que estornudar ante los bzzzz de las abejas.

Todos los insectos se asomaban a ver qué pasaba, como todo era grande, bastó un grano de maíz para saciar su hambre, porque ya era hora del almuerzo. Las hormigas rojas y azules le dieron la bienvenida con sus inmensos colmillos, mientras unas orugas se movían a lo largo del camino con miles de patitas que solo verlas eran graciosas.

Después de un buen rato de volar en avispas, saltamontes y mosquitos, debía volver a casa para que mamá no se preocupara, después de pensar cómo volvería arriba apareció una gran mariposa, era la mariposa monarca de inmensas alas negras y naranjas que se posó al lado de Miqueas, después de acomodarse en el cuello de la mariposa, emprendieron vuelo por el cielo del centro de la tierra y rumbo a casa, mientras volaban hacia arriba, las luciérnagas revoloteaban para despedirse, Miqueas gritaba que volvería.

Cuando llegaron al parque, Miqueas apareció de un salto en los jardines y su perrito también empezó a ladrar de alegría, su dueño había vuelto de un viaje asombroso, también vio volar una mariposita pequeñita que después se posó en una flor. Miqueas feliz corrió a casa a contarle a mamá su fantástica aventura.

Hoy es sábado y Miqueas a lado de papá están listos para bajar nuevamente al centro de la tierra y tener nuevas aventuras.


Agradecimientos a la idea de Estefanía.


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