El doctor plantita

Algo se mueve en todo el jardín, todas las flores y las hojas están alborotadas. No es el viento, ni tampoco los pajaritos que a veces vienen a visitar.

Hoy que es domingo, salí a tomar sol, a lado de claveles, geranios, rosas y fresas y sorpresa para mí.

– ¡Holaaaa! Aquí! – Volteo para ver y nada

– ¡Aquí en el geranio! – Me acerco y nada, otra vez

– ¡Aquí estoy! – Qué hombrecito tan pequeñito, vestido como todo un jardinero y doctor. Extraño sombrerito y con guantes de cuero, ni hablar de sus botas, grandes y llenas de barro, imagino de tanto caminar.

– Soy el Doctor Plantita y cuido las flores y frutos de este jardín –

– Hoy los claveles sintieron mucho frío y traje un pequeño manto de almidón para protegerlas; las rosas sintieron que perdían su color y traje polvos rojos y rosados para volver a su esplendor. Las fresas están enojadas, aun no ha llegado el agua de regadera para refrescarlas, ¡Uff!, qué renegonas que son, pero igual ya les traje unas gotas de rocío de la mañana y están más frescas otra vez –

Y así, el Doctor Plantita me ha contado todas sus historias, como la del día en que llegaron varias abejas y se pusieron a reír cuando le contaron acerca de un oso que quiso comerse la miel de su panal y lo persiguieron por todo el bosque.

Llegó el abuelo a regar el jardín, esta vez tengo mi mandil, mi lampa y regadera para ayudar, con mucho cuidado para no mojar al Doctor Plantita que seguro está por ahí otra vez curando y ayudando a las flores y frutos de este jardín.

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