hadas y alebrijes

Hadas y alebrijes

En un jardín abandonado donde crecen naranjos y tulipanes viven hadas y alebrijes que desde hace muuuuuucho tiempo siempre estuvieron enojados, ha pasado tanto tiempo que ya ni recuerdan por qué se enemistaron.

En los tulipanes al otro lado del riachuelo, viven las hadas que con su magia han construido casitas de distintas formas y colores, aunque los niños pasan por ahí no se dan cuenta, ya que ellas vuelan muy rápido, y de vez en cuando hay alguien que estornuda porque el polen de los tulipanes llegó hasta sus narices.

Al otro lado viven los alebrijes, unos seres mágicos y fantásticos multicolores que han construidos lugares para descansar debajo de las hojas de los naranjos, unos que parecen gatitos, perritos, dragones con bigote y otros animales muy sorprendentes, todos ello siempre están ayudando al duende de los sueños a cuidar a los niños mientras duermen para que nos les dé ninguna pesadilla.

Un día Juanita la hadita recogía polen de tulipán para llevar a casa y se encontró con Pedro el alebrije que tenía forma de armadillo, tenía tantos colores en su caparazón que podían confundirlo con un arcoíris. Ambos estuvieron mirándose por un buen rato sin hablar hasta que la hadita le sopló polen y Pedro el alebrije sin resistir lanzó un estornudo que despertó a todos los demás, y no paraba de estornudar mientras que la hadita se reía por la broma que le había hecho.

Al cabo de un rato cuando Pedro estuvo mejor, buscó a la hadita y la hechizó convirtiéndola en una oso perezoso que no podía moverse, entonces esta vez le tocó reír al alebrije por la broma que también le había devuelto y así pasaron un buen rato entre estornudos y hechizos que de tanto bromear, cansados se sentaron a descansar al lado del agua que pasaba en medio del jardín.

Mientras conversaban por un buen rato, no se habían dado cuenta que desde los tulipanes estaban toooodas las haditas mirando qué pasaba, y del otro lado toooodos los alebrijes que también miraban atentos todos los estornudos y hechizos. Fue tan chistoso lo que pasó que no soportaron más, que las hadas y alebrijes soltaron muchas risas y al darse cuenta Juanita y Pedro voltearon a verlos y decidieron pedirles que ya no se enojen más, que todos podían vivir juntos y también divertirse.

Desde esa vez, hadas y alebrijes comparten mucho y viven más felices, unos días las hadas acompañan al duende de los sueños para adornar con mucha magia los sueños de los niños y niñas; otras veces van los alebrijes a cuidar los sueños y que no aparezcan pesadillas. La última vez fueron las hadas y los alebrijes juntos, el duende de los sueños estaba muy preocupado por las travesuras que podían hacer, felizmente ese día hubieron sueños divertidos, magia, historias divertidas, risas y mucho color, los sueños de los niños duraron por horas. 

Es hora de volver al jardín, han llegado a sus naranjos y tulipanes, así que todos a despedir al duende de los sueños y descansar un poco hasta la noche que inicia nuevamente la diversión. 


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