El cuarto cerdito

Era una historia del bosque que todos conocían y estaban hablando, de los tres cerditos que se salvaron del lobo cuando vino, sopló y sopló y no pudo destruir la casa de ladrillos en la que se escondieron.

Muy preocupado estaba un cerdito que vivía en una granja poco lejos del bosque, a pesar de haber pasado mucho tiempo que no los veía, estaba muy intranquilo. Decidido fue donde la señora oveja a decirle:

-Voy al bosque a buscar a mis hermanitos–

La oveja muy sorprendida, llamó a los demás animales de la granja para despedirlo y darle los mejores consejos para cuidarse mientras partía al bosque.

El cuarto cerdito con una mochila y sombrero partió hacia el bosque, mientras caminaba recordaba ese día en que discutió con sus hermanitos y él muy rebelde partió hacia otros lados y llegó a una granja donde fue acogido por los animales, si bien estaba tranquilo y seguro, nunca olvidaba a sus hermanos que había dejado y ahora que había escuchado del lobo y las casas derribadas, decidió de un salto salir a buscarlos.

En el camino del bosque encontró muchos animales que le decían por dónde ir, un tucán que le señaló con su gran pico el lugar donde los vio, pasó por la casa de paja toda destruida, después por una casa de madera que también estaba en escombros, a pesar que escuchaba aullidos de lobos por las noches, se escondió entre los matorrales para no ser encontrado.

Un día mientras caminaba, un poco triste porque no encontraba a sus hermanos y a punto de volver, llegó a su nariz un olor agradable que rápidamente reconoció, el olor de una torta de zanahoria que le hizo acordar esos días en que mamá preparaba esas ricas tortas y entre todos lo disfrutaban.

Así llegó a encontrarse con los tres cerditos que al verlo se alegraron y salieron a abrazarlo y dar brincos de felicidad porque el cuarto cerdito había regresado. Aunque no lo crean ese lobo fastidioso los había unido, destruyendo las otras casitas de los cerditos que en algún momento se habían enojado, ahora los cuatro cerditos estaban felices de verse y después de conversar y recordar mucho decidieron vivir nuevamente juntos, hacer un gran jardín de hortalizas y colocar un bebedero para aves, justo para que les avisen si en algún momento venía el lobo…

Quizá esta vez para ser su amigo e invitarle pan con chocolate.

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