Una casa en el árbol

Era un árbol a lado de casa que últimamente se sentía muy triste, los pajaritos crecieron y volaron dejando sus nidos vacíos, era otoño y muchas de sus hojas habían caído. A pesar de que el abuelo lo plantó hace mucho tiempo, aun se sentía joven, solo que un poco olvidado.

Cada día Gabriel y Sofía miraban por la ventana cómo ese árbol se iba quedando sin hojas y pocas ramas, hasta que un día se les ocurrió una gran idea, fueron donde Mamá y Papá a contarles lo que pensaban…

Sorprendidos sus papás caminaron juntos al parque y se pararon frente al árbol y Gabriel dijo:

-Señor árbol ¿Podemos construir una casa en lo alto de sus ramas? –

El árbol lleno de felicidad por la gran idea movió sus ramas en señal de que estaba de acuerdo y todos entendieron que sí…

Con gran entusiasmo empezaron a trabajar; Papá y Gabriel empezaron a poner una escalera y construir el piso, las paredes y el techo; mientras Mamá y Sofía preparaban toda la decoración, las alfombras y las cortinas; el árbol muy feliz miraba trabajar esa familia que había visto crecer.

Así llegó el día de inaugurar la casita en el árbol, era de noche y todos juntos tomaron té con panecillos. Después de reír y contar muchas historias apagaron todo y se pusieron a mirar el cielo lleno de estrellas y escuchar los sonidos de la noche.

Todos oyeron cómo se movían las ramas alborotadas del árbol, aun con las pocas hojas que le quedaban, era la forma de decir que él era feliz otra vez y daba gracias a Gabriel y Sofía por tener esa grandiosa idea y ser parte de las nuevas aventuras de la familia.

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